Sandra Melgarejo. Madrid
El público de la XVIII Reunión Anual de la Sociedad Española de Enfermería Neurológica (Sedene) ha premiado como mejor comunicación oral al trabajo ‘Estudio de PEC (parálisis enfermo crítico): Seguimiento de la incapacidad funcional de los pacientes ingresados en el Servicio de Medicina Intensiva’, de la enfermera Cristina Casanovas y otros profesionales del Hospital Universitario Germans Trias i Pujol de Badalona (Barcelona).
Cristina Casanovas.
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El trabajo surgió en el Servicio de Medicina Intensiva donde, antes de ser supervisora de la planta de Neurología y Neurocirugía, Casanovas fue enfermera asistencial en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). “Los médicos intensivistas y los neurólogos del hospital organizaron un proyecto de investigación en pacientes mayores de 18 años sin problemas neurológicos ni diagnóstico de miopatía ni polineuropatía previos. El estudio consistía en buscar una herramienta de trabajo que ayudara a hacer un diagnóstico precoz de miopatía en el paciente intubado y sedado de la UCI, porque que un paciente desarrolle una miopatía cuando ha ingresado por una patología que no tiene nada que ver, alarga la estancia en la UCI y el gasto sanitario”, explica Casanovas.
Tras el alta en la UCI, la enfermera hizo el seguimiento de 63 pacientes al mes, a los tres y a los seis meses, para saber cuál era la capacidad funcional de cada uno en su día a día. “Cuando el paciente ingresaba, previa entrevista con él o, si no estaba consciente, con su familia, se registraba su grado de independencia y la capacidad funcional para las actividades cotidianas que tenía antes de entrar en la UCI. Cuando el paciente se iba del Servicio de Medicina Intensiva, se hacía un seguimiento de su nivel funcional durante seis meses”, detalla. 29 de los pacientes desarrollaron una miopatía y descubrieron que “el paciente diagnosticado de una miopatía debido al ingreso en el Servicio de Medicina Intensiva que no tenía ninguna patología previa neurológica ni ninguna secuela neurológica posterior a su patología, se había recuperado totalmente a los tres meses del alta”.
Así, el estudio muestra que “el paciente afectado por una miopatía por culpa del ingreso en el Servicio de Medicina Intensiva está recuperado completamente a los seis meses con el mismo grado de independencia que tenía antes de la enfermedad, mientras que el paciente que ya tenía un problema neurológico anterior, se queda igual o la miopatía empeora a veces”, afirma Casanovas. “Como enfermeras nos interesaba saber el grado de incapacidad funcional dependiendo de las necesidades del paciente, de cara a saber qué recursos asistenciales va a necesitar en su domicilio tras el alta”.
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